sábado, 11 de abril de 2009
Aladino, cuando volvió al palacio, aprendió que a veces el secreto no es vivir deseando lo que no se tiene, sino querer lo que se tiene. Y una cosa hay que aprender: Nuestros deseos no siempre se van a cumplir ya, aquí y ahora. Es parte de la vida aceptar que nuestros deseos no siempre son órdenes para un genio . A veces, otros deseos ajenos son los que ordenaron nuestra vida. Pero lo que nos enseña la historia de Aladino, es que el genio que sí puede escucharnos siempre no está en ninguna lámpara maravillosa, sino dentro de nosotros mismos. Dentro nuestro hay un genio poderoso que puede cumplir nuestros sueños, ese genio espera nuestras ordenes y quiere cumplir.-
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